
Linaza
La linaza es la semilla de la planta Linum usitatissimum (lino).
La linaza tiene un alto contenido de ácido graso poliinsaturado alfalinolénico (Omega-3), así como fibras (10% soluble y el 30% insoluble), proteínas, ligninas, vitaminas y minerales.
La fibra insoluble de esta oleaginosa reduce el tiempo del tránsito intestinal, ya que provee volumen a los deshechos que digerimos. La fibra soluble ejerce un efecto hipoglucemiante e hipocolesterolémico, con la formación de un gel que ayuda a reducir la absorción de colesterol y glucosa.
La linaza contribuye a disminuir en forma significativa el colesterol total y el colesterol ‘malo’ (LDL), aunque no se le atribuye un impacto significativo sobre el colesterol ‘bueno’ (HDL). Estos efectos sobre el colesterol, que también impactan la coagulación sanguínea, fomentan a disminuir el riesgo del endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis).
La linaza es un gran aliado ante los sofocos, bochornos y sudores nocturnos en las mujeres con síntomas leves de la menopausia. Para ello, se recomienda que consuman 30 gramos al día de esta semilla.
Es una excelente opción para dietas vegetarianas, debido a su aporte de proteína de origen vegetal.
La linaza contiene mucílagos y pectinas que ayudan a suavizar la piel, así como a reducir la aparición de arrugas, aclarar las manchas y eliminar las toxinas que generan los brotes de acné.
También es rica en componentes antibacterianos como el ácido acético, málico, ferúlico, luteína y cisteína, los cuales ayudan a reparar y proteger tu piel del envejecimiento prematuro.
Su contenido Omega-3 (ácido alfa linolénico), ácido docosahexaenoico y ácido eicosapentaenoico promueve el crecimiento del cabello.